La aplicación de medidas destinadas a disuadir la llegada de personas necesitadas de protección internacional, incluso mediante la externalización de las obligaciones legales, desafía las normas fundamentales del derecho internacional de los refugiados y socava el concepto de solidaridad y de reparto de la carga y la responsabilidad (…) La devolución y la denegación de entrada en la frontera tienen lugar en todas las partes del mundo. El cierre de fronteras, las expulsiones arbitrarias y colectivas, las devoluciones sumarias y violentas en las fronteras terrestres y las interceptaciones en el mar, entre otras cosas, privaron de protección internacional a las personas necesitadas y las pusieron en riesgo de devolución.